AIMPLAS (Instituto Tecnológico del Plástico) investiga nuevos métodos para componentes del interior del automóvil con la cámara para ensayo de emisiones VOC, marca OLFASENSE-CTS, que permite caracterizar de una forma muy precisa los compuestos orgánicos volátiles para la industria del automóvil en conformidad con métodos internacionales.

El plástico es un material muy presente e importante en nuestra economía y vida cotidiana. Tiene múltiples funciones que ayudan a abordar varios de los desafíos a los que se enfrenta nuestra sociedad:

  • los materiales ligeros e innovadores en los coches o aviones permiten ahorrar combustible y reducir emisiones de CO2;
  • los materiales de aislamiento de alto rendimiento ayudan a reducir el consumo energético;
  • en los envases, los plásticos ayudan a garantizar la seguridad alimentaria y a reducir los residuos de alimentos;
  • en combinación con la impresión en 3D, los materiales plásticos biocompatibles pueden salvar vidas humanas al permitir la innovación médica. Y así, un largo etcétera.

La industria de los plásticos es muy importante para la economía europea, y el aumento de su sostenibilidad puede aportar nuevas oportunidades de innovación, competitividad y creación de empleo, en consonancia con los objetivos que persigue la estrategia renovada de política industrial de la UE.

En diciembre de 2015, la Comisión adoptó el Plan de Acción de la UE para una economía circular que se centraría en la producción y el uso de los plásticos, y trabajaría con el objetivo de garantizar que todos los envases de plástico sean reciclables para 2030. En diciembre de 2018 se puso en marcha la Circular Plastics Alliance (CPA) para ayudar a todos los actores de la cadena de valor del plástico a impulsar el uso de material reciclado con el compromiso de reducir en 10 millones de toneladas de plástico reciclado antes de 2025.

Plástico reciclado en automoción

En la actualidad existen ejemplos de introducción de plástico reciclado en componentes del exterior del automóvil (revestimientos de ruedas -Chrysler-, parachoques -Honda, Ford, Nissan-, cubiertas de radiador -General Motors-, etc. y muy pocos ejemplos de introducción de material reciclado en piezas y componentes del interior del vehículo. Los ejemplos que pueden encontrarse se centran en los cojines de los asientos a partir de espumas de poliuretano reciclado -Chrysler- o fibras para las tapicerías -Ford, Nissan-.

Esto es así porque los fabricantes de automóviles tienen unos requisitos muy exigentes en cuanto a la emisión de compuestos volátiles y de olor procedentes de los materiales plásticos del interior del vehículo, pues se estima que una persona pasa aproximadamente el 5,5% del día en el coche, expuesto no solo a los contaminantes del exterior (partículas, CO2, óxidos de nitrógeno y compuestos orgánicos volátiles) sino también a compuestos orgánicos volátiles que pueden emitir las piezas plásticas.